jueves, 18 de octubre de 2012




    LAS LLUVIAS ACIDAS





El dióxido de azufre se produce principalmente de la combustión del carbón, aunque también contribuyen la combustión del fuel-oil y la fundición de minerales sulfurados. También se produce dióxido de azufre en la actividad volcánica.
Otro óxido de azufre es el trióxido de azufre. Se produce normalmente por la oxidación del dióxido de azufre. 
 El dióxido de azufre tiene un olor característico a azufre quemado, ya que se produce en la combustión de cualquier sustancia que contenga azufre. Es irritante para el sistema respiratorio y los ojos, pudiendo provocar daños en el sistema respiratorio, sobre todo en personas asmáticas, ancianos y otras personas con problemas crónicos. En la combustión de sustancia con azufre también se produce trióxido de azufre, pero en cantidades mucho menores. Por cada nueve partes de dióxido de azufre se produce ua de trióxido.
 En una atmósfera no contaminada existen pequeñas partes de dióxido de azufre, debido a la oxidación atmosférica del anhídrido sulfuroso, producido en la descomposición de la materia orgánica, es decir, en la descomposición de los retos de seres vivos, especialmente en los pantanos, turbas y lodazales de marea; así con en los océanos y fuentes biológicas terrestres. 
 A la suma de la cantidad de dióxido de azufre más el trióxido de azufre se le conoce por el nombre de óxidos de azufre, representándose por SOx.
 Aparte están los óxidos de nitrógeno. Se conocen muchos distintos, pero generalmente sólo se detectan tres en la atmósfera: el óxido nitroso, el óxido nítrico y el dióxido de nitrógeno. Al igual que para los óxidos de azufre, todo este conjunto se conoce como NOx. Existen en la atmósfera naturalmente y además son emitidos por las actividades humanas. Así,  casi todo el óxido nitroso atmosférico proviene de fuentes naturales debido a la actividad de las bacterias en el suelo. El óxido nítrico proviene de fuentes naturales en un 80% debido a la actividad bacteriana del suelo y el restante 20 % tiene su origen principalmente en la combustión. Casi todo el dióxido de nitrógeno atmosférico es de origen humano, debido a la combustión. 
 Casi todos los óxidos de nitrógeno de origen humano se producen por la oxidación del nitrógeno atmosférico durante la combustión a temperaturas elevadas. La mayor parte de los emitidos son en forma de óxido nítrico en lugar de dióxido de nitrógeno. Una ve en la atmósfera, ambos entran en un proceso natural de reacciones fotoquímicas, en las que el sol juega un papel fundamental, que desembocan en el aumento de las concentraciones de dióxido de nitrógeno y en una disminución de las de óxido nítrico.
 Volvamos a los óxidos de azufre. El dióxido de azufre existente en la atmósfera por combustión de compuestos que contienen azufre, se puede convertir en trióxido de azufre por oxidación. El trióxido de azufre al combinarse con el agua existente en enormes cantidades en la atmósfera se convierte en ácido sulfúrico, un ácido enormemente corrosivo.
 Por otra parte, el dióxido de nitrógeno presente en la atmósfera al combinarse con el agua atmosférica forma ácido nítrico, otro ácido de gran poder corrosivo.
 De esta manera, las nubes se vuelven ácidas y cuando se produce la lluvia, esta puede llegar a ser hasta mil veces más ácida que la lluvia natural. Los suelos se vuelven ácidos, acabando con los nutrientes vegetales. Los metales, como el mercurio y el cadmio, se activan, produciendo contaminación. Los aguas de los ríos y los lagos se acidifican acabando con los seres vivos que albergaban. La destrucción en las masas forestales es enorme. Grandes áreas llenas de vida se transforman en zonas enfermas, con ríos sin vida, árboles raquíticos y suelos sin fertilidad. 
 No sólo afecta a la naturaleza. Al caer la lluvia ácida sobre monumentos, disuelve la piedra caliza, destruyendo de esta manera aceleradamente el patrimonio cultural y artístico.
 En Escandinavia, Estados Unidos, Canadá y Europa Central es un problema realmente grave. En Alemania, están afectadas grandes extensiones de la Selva Negra.

La lluvia ácida no conoce fronteras. Los óxidos de nitrógeno y azufre pueden viajar a largas distancias y depositarse en forma de lluvia ácida lejos de su lugar de origen.  Se estima que la mitad de la lluvia ácida que cae sobre Alemania se ha producido fuera de este país. La mayor parte de la lluvia ácida que afecta a la península escandinava ha sido producida por Gran Bretaña. 
 ¿Cómo se puede luchar contra esto? Evidentemente, la respuesta es sencilla: disminuyendo las emisiones de los óxidos de azufre y de nitrógeno.
 Para disminuir las emisiones de óxidos de azufre es preciso evitar la combustión del azufre o compuestos que los contengan, pues así es como se produce. Hay que emplear carbones con contenido bajo de azufre, bien eliminarlo antes de su empleo. Otra opción es eliminar los óxidos de azufre de las emisiones antes de que estas se liberen en la atmósfera.
 La eliminación de los óxidos de nitrógeno pasa por modificar su fuente de emisión o bien eliminarlos de las emisiones antes de su liberación a al atmósfera.











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